LA CLAVE DE LA FELICIDAD

Lo que todos buscan es la felicidad, algunas veces llamada felicidad suprema, y sin embargo muchos de los que la han estado buscando tan seriamente, sin saberlo continuaron pasando tan solo cerca de la clave de esta felicidad.

La clave simple para la Felicidad Perfecta y su inherente poder sostenedor es autocontrol y autocorrección. Esto es muy fácil de adquirirse cuando uno aprendió que él es el “Yo Soy” la Presencia y la Inteligencia que controla y ordena todas las cosas.

Cada ser está rodeado por un mundo de pensamientos creados por él mismo.  Dentro de este mundo de pensamientos está la semilla, la Divina Presencia, el “YO SOY”, que Es la Única Presencia actuante que existe en el Universo y que dirige toda energía. Esta Divina Energía puede ser intensificada más allá de cualquier límite por medio de la actividad consciente del ser.

La “Presencia Divina” dentro de uno es parecida a un carozo o almendra de durazno: el mundo del pensamiento se asemeja a la pulpa del durazno. La parte carnosa no solamente representa al mundo del pensamiento creado por el individuo, sino que también representa la Substancia  Electrónica Universal, siempre presente, esperando que la determinación consciente individual actúe sobre ella para entregarse o manifestarse a su uso visible con la forma de cualquier cosa que el ser pudiera desear.

La senda segura para el entendimiento y uso de este poder consciente viene por medio del Autocontrol. ¿Qué quiero decir por Autocontrol o “control de sí mismo”? Primero: El reconocimiento de Yo Soy la Inteligencia como la única Presencia Actuante. Segundo: Que sabiendo esto sabemos que no hay límite del poder de Su uso. Tercero: Que los seres humanos, habiendo sido dotados con la voluntad y elección libres, crean en el mundo que los circunda, por medio de su atención, cualquier cosa sobre la que sus pensamientos se concentran.

Ha llegado el tiempo en que debe entenderse bien, que el pensamiento y el sentimiento son los Únicos y más Grandiosos Poderes Creativos que hay en la Vida o en el Universo. Por lo tanto, hay que saber también, que el único camino para conseguir el uso definitivo del poder completo del pensamiento y sentimiento que es Dios en Acción, es por el Autocontrol y Autocorrección, por cuyo intermedio se puede alcanzar la Victoria o la comprensión para dirigir y usar de manera ilimitada este Poder Creativo del Pensamiento.

Cuando se ha llegado al suficiente Autocontrol, el Ser se hace capaz de mantener el pensamiento firmemente sobre un deseo dado, como una llama de antorcha de acetileno que se mantiene inconmovible.  De este modo con el pensamiento y sentimiento concentrados sin vacilación sobre un deseo dado, con la conciencia de que eso es “YO SOY” la Presencia e Inteligencia” y que eso es Dios en Acción, entonces se entenderá que se puede realizar cualquier cosa que se desee.

Ha sido comprobado de mil maneras, que el efecto de una cosa no puede traer felicidad permanente.  Sólo por el conocimiento de la causa, que es la “Divina Presencia YO SOY”, el ser podrá hacerse Maestro de su mundo. Todo ser, sabiendo que él es el Creador de su propio mundo y de lo que desea que se manifieste en él, debe comprender que nunca tiene derecho de crear ninguna cosa discordante en el mundo de otro.  Es así como cada uno es dejado libre para afrontar el efecto de su propia causa creativa.

Por mi parte, me regocijo en sumo grado al ver el éxito con que cada discípulo, bajo la irradiación de la Divina Presencia va llegando al Dominio y Control del ser externo. ¡Amados míos!  Si pudieran comprender y ver el esplendor magnífico de la realización que hay ante ustedes cuando afirman el “control de sí mismos” sobre la actividad externa, redoblarían esfuerzos cada momento de sus vidas para lograr el Control y Maestría sobre toda expresión externa. De esta manera serían capacitados para mantener la necesaria armonía, a través de la cual el Gran Poder Interno de la “Presencia YO SOY” es liberado para su uso consciente y visible.

Enseñanzas extraídas de “El Libro de Oro” del Maestro Saint Germain.

¡¡¡Que la Presencia Radiante de la Luz del Cristo en sus Corazones los Ilumine, los Guíe y los Proteja!!!